martes, 18 de agosto de 2009

El petito de las buenas noches

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No fué hasta los 10 años que descubrí que el nombre del conocido roedor era "Topo Gigio" y no topocillo como lo llamaba. Pero a una criatura nadie la corrige a cachetadas, mas vale le preguntan -¿comoooo eees? con cara de Marley (no Bob) y después rien de la ridiculez del regordete nene al responder "-¿topocillo?" y quedarse mirando con amorfa mirada las carcajadas de sus familiares.

Claro, al no encontrar una conclusión a su incógnita el crío opta por reir estúpidamente y repetirlo unas cuantas veces mas solo para traumarse en un futuro cercano cuando lea en la tapa del Billiken la palabra "TOPO GIGIO"...

[Yo] -No! que imbécil! ¿se acordarán todavía?

[Consciencia] -Sí pedazo de tarado ¿que esperabas, que llegue papá noel repartiendo alzehimer para todos?

[Yo] -...no, pero... que vergüenza

[Consciencia] -Eso no fué vergüenza, vergüenza va a ser lo que vas a tener q tragar tras cada reunión familiar cuando recuerden "las anécdotas del nene", ese es un mal que te seguirá y perseguirá por décadas hasta que la muerte te separe de ellos

[Yo] -snif-

[Consciencia] -¿vas a llorar?, marica!

...y tras arduas guerras contra la consciencia, al no poder reprimir dicho recuerdo es que un niño que parecía normal termina encerrandose en su laboratorio para dar vida, en una gélida noche y tras estertóreas carcajadas a su abominación mas temible...


EL TOPOCILLO


-¿y?

una, taza...

chica (bah, por eso se llama pocillo)...

...para... tomar café

-¿té?

...bueno, sí, también.

-¿y las patas?

...chau, me voy a jugar al badminton
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